Si tienes un radioaficionado en casa, habrás notado un patrón de conducta inquietante: cuanto peor es el clima, más ganas tiene de subir al tejado a "ajustar algo". Da igual que tenga la mejor antena del mercado; siempre habrá un cable que tensar, un tornillo que apretar o un invento nuevo hecho con tubos de PVC y papel de aluminio.

¿Por qué esa obsesión por llenar el cielo de hierros? Aquí te lo explicamos sin tecnicismos aburridos.

La antena es el tamaño de nuestro... ego

En radio, el equipo (la caja con botones) es importante, pero la antena es la que manda. Puedes tener una radio de 3.000 euros, que si tu antena es un "palo de escoba", no vas a escuchar ni a tu vecino.

Ejemplo de la vida real: Imagina que quieres gritarle algo a alguien que está en la otra punta de un estadio de fútbol.

  • La radio son tus pulmones.

  • La antena es el megáfono. Si el megáfono es de juguete, da igual cuánto grites: no te va a oír ni el que vende palomitas. Por eso nos obsesionamos con que el megáfono sea el más grande, el más alto y el que mejor orientado esté.

El deporte extremo de "Ajustar la ROE"

Habrás oído a tu radioaficionado quejarse de "la ROE" (Relación de Ondas Estacionarias). Para un muggle, esto suena a enfermedad rara, pero para nosotros es el sentido de la vida.

Básicamente, si la antena no está perfecta, la energía que mandamos "rebota" y vuelve a la radio. Es como intentar escupir contra el viento: si no calculas bien, te acaba dando en la cara. Pasamos horas cortando milímetros de cable para que ese rebote sea cero. Sí, milímetros. Somos así de tiquismiquis.

Tipos de antenas que verás en tu casa (y cómo identificarlas):

  • La invisible: Un cable casi imperceptible que cruza el patio. Es la táctica de guerrilla para que los vecinos no llamen al administrador de la finca.

  • El tendedero espacial: Una estructura de aluminio gigante que gira. Si la ves moverse, no es que esté buscando alienígenas (aunque a veces lo parezca), es que está intentando apuntar hacia ese señor de Australia para que le oiga mejor.

  • El invento de MacGyver: Una caña de pescar con cables enrollados. No, no se ha vuelto loco y quiere pescar desde el balcón; es una antena vertical de "emergencia".

Consejo de supervivencia: Si ves a tu radioaficionado bajando del tejado con la cara sucia, las manos rascadas pero una sonrisa de oreja a oreja, no le preguntes si ha terminado. La respuesta siempre es "no". Solo ha hecho una pausa para no morir de hipotermia antes de subir a probar otro invento.